domingo, 30 de junio de 2013

Yo confieso un pecado mortal

Estaba frente a un cirujano aún con bata blanca. Se le considera el mejor cirujano del corazón del mundo. Denton Cooley me preguntó si tenía una sombrilla.
--- Sí, está lloviendo.
--- Pues entonces, sáquela porque le va a llover más aquí adentro del Hospital....
Cuando le pregunté cómo había salido mi madre de la operación que según e´l mismo tenía un 99% de ser un éxito, respondió:
--- Hubo un error de parte de uno de mis discípulos. Lo siento. Su madre murió....
Saqué el libro que acababa de comprar que llevaba su nombre y era una biografía del médico de Houston, y le pedí que me lo autografiara.
--- No creo que deba, en estos momentos....
Insistí, y finalmente puso una firma debajo de una corta frase.
Permanecí inmutable y reflexivo.
En esos momentos llegó mi hermano.
Venía de un largo viaje por carretera para ver a nuestra madre.
Cuando se enteró gritó, lloró, se lamentó sin ningún recato ni coto: era un hombre salvajemente herido que se resistía a admitir la realidad dolorosa.
Poco después, comentó que demandaría a Cooley, dadas las circunsgtancias.
Cuando mi padre se enteró, fue tajante:
--- Jamás- Su santa madre no va a estar sujeta a un proceso de tal naturaleza.
No olvidaremos nunca el viaje de regreso de Houston a la Ciudad de México. Mi madre iba en un ataúd de color morado, del color de la sombrilla y la guayabera que llevé aquel día.
Tampoco olvidaré hasta el último día de mi vida, que la víspera estuve en un restaurante en las afueras de Houston con mi prima Shelby Vaught Fertita.
Debí permanecer al lado de mi madre en el Hospital acompañándola junto con su mejor amiga, durante los últimos minutos de su vida.
Yo confieso...
 

HISTORIA DE UN HUERFANITO QUE LLEGÓ A SER GRANDE

Fue  un hombre desamparado, falto de apoyo de sus propios padres. Un huérfano de padre a tan temprana edad que nunca en realidad lo conoció. Muerto el Dr. Thomas Bayne Vaught su madre querida tuvo que hacer frente sola a la educación de su único hijo. Por tanto, cuando el hombre más rico de Ciudad del Carmen se enamoró perdidamente de ella, contra su inclinación natural tuvo que aceptar casarse con el GALANTE y viejo Palomo. Así lo comprendió su suegra Mary Vaught. Ella había agradecido desde el fondo de su corazón que había perdido a su único hijo varón. Reconoció  la templanza, el sacrificio y el inmenso cariño  de la "chica"que había protegido al Dr. Vaught en sus últimos meses de esa penosa enfermedad.

Así es que le dio la bendición a su hija política y estuvo muy atenta para saber todo acerca de ese "caballero". Las cartas que don Leónidas Palomo escribió a su abrumada "prenda de infinito e imperecedero amor" eran muchas, cuidadosamente escritas en la elegante caligrafía de la época. Pero a lo que más caso hizo la joven Elena, requerida por ese hombre de avanzada edad, fue que le prometió cuidar, proteger y amparar a su único hijo Jorge.




Allanado todo, incluyendo la aprobación de la suegra, de sus familiares cercanos y hasta del niño Georgy, se celebró la boda. No obstante, el niño fue inscrito en la mejor escuela de la península, la Modelo, de Mérida. Allí Jorge encontró la guía del célebre maestro Novelo, el director del internado, quien con mano de hierro pero también comprensión y cariño le dio una educación excepcionalmente alta en valores éticos, morales y religiosos pero, sobretodo, en conocimientos.

De ese internado modelo, tras seis años, en los cuales hasta las vacaciones las pasaba lejos del hogar materno,  Jorge al fin se reunió con su madre, quien había enviudado por segunda vez, en Ciudad del Carmen, donde estudió en el Liceo Carmelita.

Ya era un adolescente y con las inquietudes propias de esa tormentosa edad, Jorge se lanzó a una serie de actividades que pudo desempeñar gracias a la fortuna que heredó su madre. Los negocios eran: un periódico revolucionario, marxista y con las ideas de los filósofos sociales discípulos de Engels, los anarquistas clásicos; empresario de box con el afán de traer a los campeones del mundo y de México; empresario de toros, organizador de corridas con los maestros del toreo, entre ellos Luis Freg y, como si fuera, poco, político enemigo mortal de los caciques del Carmen.

Los negocios del joven idealista y ambicioso emprendedor no tuvieron el éxito económico que deseaba y, de paso, dejó en ruinas las posesiones de su madre.

Perseguido políticamente, fue lanzado al ostracismo. Mi madre me tomó en sus brazos y ambos emprendieron un viaje desesperado y lleno de esperanzas a la capital de la República donde el joven Jorge Denegre Vaught continuó sus estudios de secundaria hasta llegar a recibirse de licenciado en Derecho.

En ese momento recibió el resto de un fideicomiso que le había ayudado a subsanar tantos entuertos.
El fideicomiso lo creó su tío George Denegre y se le solicitó gentilmente a la madre viuda de Vaught que los decendientes de George llevaran también el middle name de Denegre, honrando así la progenie de un hombre que tenía todo menos hijos varones para prolongar el apellido paterno.

Mi  padre en un discurso que pronunció en un homenaje en Palacio Nacional se refirió así a ese pasaje de su vida:
--- Mi madrecita había perdido su casa y bienes en aras del apoyo económico sin cortapisas que me dio de joven. Fue mi anhelo durante toda mi vida devolverle su casa. Eso logré hace algún tiempo y en esa casa de la Colonia Nápoles he puesto los libros de literatura, arte y ciencias sociales donde ahora se halla la colección de literatura mexicana quizás más completa que se encuentra en México.

 

 

 

sábado, 29 de junio de 2013

RECUERDOS DE LA MADRE LEJANA

 ¿Será que el recuerdo es quien la forja?

Madre del alma:
Es cierto que estás lejos. La distancia separa mi abrazo de tu cuello, mis labios de tu frente. Detiene el desbordamiento infinito de tu ternura. Impide las caricias de tus manos santas. Aparta tu cabeza de la mía.

Pero, a pesar de todo, madre, te siento junto a mí. No puede la distancia arrancar tu imagen, esencia imagen, --esencia misma, tuya de mi mente. Yo siempre asiento mi cabeza en tu regazo. Siempre pongo mis labios en tu frente, mis brazos a tu cuello.

Paradoja infinita. Fruto de ternura. ¿Será  que el recuerdo es quien la forja? O será acaso la fuerza la fuerza enorme del cariño materno? Del amor filial? No se madre, pero... aunque estés lejos estarás siempre junto a mí a toda hora,.. a todo momento.

Tus cartas... las letras escritas por tus manos santas... dictadas por tu lenguaje maternal... son tú misma, como las mías serán para ti el yo propio.

Y por su intercambio... volamos madre. Tú adonde yo ... Yo a donde estás tú. Platicamos madre. Tú sabes que estoy bueno. Yo que pronto vendrás conmigo...para siempre... que pronto romperemos la paradoja infinita, tierna... pero cruel que ahora vivimos. Para vivir la realidad... para poner deveras, muy deveras: mis brazos a tu cuello, mis labios a tu frente . Tu hijo.
Jorge Denegre Vaught Peña-

¿Te gustó mamacita? Dime que sí. El otro día vi a los nahuales, venían a pelear... pero aquí no vienen a dar bola. No les he vuelto a ver. Escríbeme como va la milpa y que tal se porta la gente de mi tío. ¿Qué sabes de Carmito Juárez? ¿Ya se casó? Juan Rivero fue a pasar las vacaciones a Minatitlán con su familia. Toca ya muy bien el violín. Ya este año que viene quiero entrar a la Escuela de Artes para Trabajadores a aprender piano y pintura. No cuesta nada y prestan los instrumentos. Pienso ir una hora diaria pues así no me perjudico y aprendo más. Si entro voy a ver que Elenita vaya también conmigo.

Elenita mandó un retrato para su mamá y otro para su padrino. En la próxima carta te manda uno para ti. El de su padrino te lo iba a mandar a ti pero estaba triste porque no le mandaba nada a su padrino y entonces yo le dije que le mandara ese al viejo Pablo y que yo le iba a dar para que te mande el tuyo. Yo también te voy a mandar mi retrato, mamá. Cuídense mucho.
La Nochebuena la pasamos muy bien lo único que me puso triste fue que tu regalo de Navidad no pudiera irse pues ya lo tenía listo pero como tuve examen de inglés, que fue muy largo pues eran 180 preguntas y cuando salí ya estaba cerrado el express aéreo.
Bueno, mamacita, sin más, saludos a todos de todos y tú recibe besos y abrazos de tu hijo que te quiere y adora verte muy pronto desea.

Firma con rúbrica, JORGE DENEGRE VAUGHT