- Para mi hijo Lívingston, en su cumpleaños:
A medida que envejezco
Mi percepción a medida que envejezco
es que no hay años malos. Hay años
de fuertes aprendizajes y otros que son
como un recreo, pero malos no son.
Creo firmemente que la forma en que
se debería evaluar un año tendría más
que ver con cuánto fuimos capaces de amar,
de perdonar, de reír, de aprender cosas nuevas,
de haber desafiado nuestros egos
y nuestros apegos.
Por eso, no debiéramos tenerle miedo
al sufrimiento ni al tan temido fracaso,
porque ambos son sólo instancias
de aprendizaje.
Nos cuesta mucho entender que la vida
y el cómo vivirla depende de nosotros,
el cómo enganchamos con las cosas
que no queremos, depende sólo del cultivo
de la voluntad.
Si no me gusta la vida que tengo, deberé
desarrollar las estrategias para cambiarla,
pero está en mi voluntad el poder hacerlo.
"Ser feliz es una decisión",
no nos olvidemos de eso.
Con estos criterios me preguntaba qué tenía
que hacer yo para poder construir un buen año
porque todos estamos en el camino de aprender
todos los días a ser mejores y de entender
que a esta vida vinimos a tres cosas:
- a aprender a amar
- a dejar huella
- a ser felices.
Livingston Vaught compartió un enlace.
La muerte es un camello negro que se arrodilla ante la puerta de todas las casas.
martes, 5 de noviembre de 2013
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